
En el otro lado de la balanza; Encar y Hugo me dan las ganas de seguir adelante, sino mi apuesta sería aún más baja.
Así que me quedan 25 años de vida si un accidente no lo evita y, con estas previsiones, estarán ustedes de acuerdo conmigo en que uno no está para perder el tiempo ni para ostias.
Y esta reflexión viene a cuento porque Robert Allen Zimmerman cumplió 70 años hace un par de días, y seguramente pensó algo parecido; no sé cuánto tiempo me queda y quiero aprovecharlo al máximo, y se embarcó en un tour interminable que ya dura décadas.
Más de 100 actuaciones anuales es la propuesta del Never Ending Tour de Robert. Está claro que su elección es morir sobra las tablas.
Morir en el campo de batalla.
Del mismo modo que Mickey Rourke escogía morir en el cuadrilátero en la fantástica "The Wrestler".
También me viene a la cabeza el ejemplo de Don Manuel Fraga, empeñado en morir jodiendo al personal hasta el final, pero es un ejemplo mucho menos atractivo.
Así que no nos queda otra que felicitar a Robert y su tremenda odisea. No puedo ni imaginar el esfuerzo que tiene que suponer para un abuelo de 70 años seguir de gira continua alrededor del globo. Y no, que nadie me argumente la excusa del vil metal, porque ni le hace falta ni tiene tiempo de gastar su fortuna con tanto vuelo, atender su programa de radio y demás actividades que se le conocen.
Nosotros tuvimos la oportunidad de verlo el año pasado en Vitoria, y estuvo a la altura de su leyenda.
Así, pues, felicidades a Robert y que dure mucho más.
Para despedirme, un deseo: que todos le sobrevivamos a Fraga.
No las tengo todas conmigo.