Así es.Hemos hecho durante la última semana un pequeño recorrido por la Costa Brava de Girona. En realidad hemos estado en Roses, ese agradable y encantador pueblo costero, en casa de Carmela.
Y ha sido genial.
A la extrema amabilidad y hospitalidad de Carmela y los suyos tengo que añadir que me chifla esa zona de Catalunya. Hemos tenido tiempo de visitar Figueres y su museo Dalí (acompañados, además, de Carmelo, que es guía turístico y nos explicaba detalladamente cada uno de los miles de detalles que decoran ese mágico museo), repasando algunas de sus obras y aprendiendo increíbles historias sobre el personaje (desde el origen del fabuloso Cadillac que encontramos en el patio de entrada, hasta el significado de gran parte de su universo o cosas sobre su relación con Gala o con Buñuel y Lorca, por poner solamente algunos ejemplos).
También tuvimos tiempo de visitar el bonito pueblo de Besalú, y pasear por su casco viejo y pasar un ratico en el río.En el tema naturaleza, por fin pude visitar el mágico Parc Natural del Cap de Creus, y disfrutar de un anochecer desde el punto de la Península más oriental, lo que hace que se produzca antes que en ningún sitio.
Pals y Cadaqués fueron otros de los destinos. Cadaqués es especialmente bonito; un pueblo con el que tanto Picasso como Dalí tuvbieron relación.
Buenas conversaciones, muchas risas, una pedida de mano, un toquecito ridículo con el coche, e incluso un concierto de nuestro anfitrión que tiene una banda de rock de versiones (D Gremlins) hicieron de este viaje algo realmente especial.
Con pocas ganas nos volvimos el lunes, pero con el espíritu renovado y con una impagable sensación de felicidad.
Gracias a Carmeloy Carmela por su hospitalidad.



