miércoles, 15 de abril de 2009
He Estado En La Estrella De La Muerte!!!
Quizá porque mi padre me llevó por primera vez en mi vida a un cine para ver La Guerra De Las Galaxias en 1977. El comienzo de todo un mundo de fantasía que dura más de tres décadas. El caso es que hay en Madrid una exposición, que casi acaba ya, y que trata de recoger los secretos de la saga. Así que decidí asistir.
He ido solo, y lo que preveía que sería una visita de 30 o 40 minutos se ha convertido en hora y media, y porque ya me han echado, que era tarde.
Cuando entras en el expo, ves que la primera estancia está dedicada a la galaxia donde se desarrolla toda la historia. Y no sabía yo que Naboo estaba tan retirado del centro. Está en el quinto anillo. La ostia de lejos.
Cuando ya estás en la sala principal es como si estuvieras en la nave donde se desarrollaban las primeras escenas de la película original. Las puertas de aquella nave te llevan a más habitaciones, cada una de ellas dedicada a uno de los principales planetas que aparecen en la serie. Lo mejor es que te reciben un C3PO de los utilizados en la película y un R2D2. Están metidos en unas urnas, pero me han arrancado una sonrisa nada más verlos. Viejos amigos, sin duda.
Además, en esa misma sala principal podemos ver dos vainas de gran tamaño, una de ellas la de Anakin.
Por supuesto que soy muy crítico con la segunda parte de la saga, pero hoy me ha encantado ver cosas de esas películas; el vestuario de Amidala, Darth Maul y su doble espada láser, las vainas que he comentado…pero nada comparable a poder ver el material de la trilogía original.
Trajes de los Stormtroopers, el gran Chewbacca, el cabrón de Bubba Fett, Joda y, como no, el maravilloso Darth Vader (el malo más molón del cine???...posiblemente!!!!). Que guapo verlos a todos.
Además de esto, mogollón de maquetas, storyboards, miniaturas, bustos…todo presentado de manera exquisita y con todo el rigor que merece la fantasía de Lucas y sus colaboradores. Varios proyectores te van desvelando detalles sobre cómo se rodaron escenas, cómo trabajan en plató, como lo hacen los maquetistas…una de las cosas que más me gustan es esa combinación entre artesanía y tecnología. Ver, por un lado, que con palillos de los oídos te llenan una grada de público presenciando la carrera de vainas, y por otro a los mejores animadores del mundo dándoles vida a Joda con los ordenadores.
Aaaayyy…cómo me he acordado del joven Darío cuando he visto todo esto. Lo que hubiera flipado la criatura. Encar y yo lo habríamos pasado en grande explicándole quien es Jabba The Hutt, Han Solo o los putos Ewoks.
Después de estar leyendo, escuchando las músicas y viendo todas estas frikadas, sales por un pasillo lleno de XBOX con juegos para probarlos, y luego la tienda. El merchandising era bastante pobre, no sé si porque ya se llevan la exposición y no lo han repuesto, o porque han traído poca cosa.
Además, hay una Escuela Jedi para críos, a los que enseñan a manejar un poco la espada y donde tienen la oportunidad de enfrentarse a unos Sith. Un Darth Vader, con sus cláscos problemas bronquiales, da un buen susto a los críos. Algunos, impresionados, deciden que no quieren pasar miedo y abandonan la Escuela antes de que acabe la clase.
En fin, que te lo pasas de miedo y que ardo en deseos de volver a ver (ni idea de cuántas veces van ya) las películas. Ojalá las saquen pronto en Blu-ray y tenga cuartos para pillarlas.
Gran tarde.
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Yo voy el domingo!
ResponderEliminarLa escuela jedi era solo para críos o... admitirían al alguien más talludito?
Usted inténtelo, a ver qué pasa...jajaja!
ResponderEliminarlo de Joda en lugar de Yoda va con segundas? jejeje!
ResponderEliminarEl poder evocador del cine!!
ResponderEliminarTruman no deje de hacerse una foto como alumno Jedi!
aah, claro... ahora lo entiendo, sí, se ve a la legua, jo, cómo no había caido antes, fue aquello, sí, cuando mi padre me llevo a ver "Enmanuelle en la garganta profunda negra, negrísima", eso es, esto explica algunos de mis problemas.
ResponderEliminarGracias Fer
Malquerias
Malque, es un placer saludarle desde aquí.
ResponderEliminarMe creo la historia de Enmanuelle, claro que sí.